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“ANUNCIANDO O EVANGELHO DE MODO SEMPRE NOVO”
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sexta-feira, 14 de março de 2014

Carta: Mensaje para la fiesta de San Clemente Mª Hofbauer, C.Ss.R.




Mensaje para la fiesta de San Clemente Mª Hofbauer, C.Ss.R.
        "Predicar el Evangelio de manera siempre nueva"

Queridos cohermanos, hermanas, laicos asociados y amigos:


Durante este Año dedicado a la Promoción de la Vocación
Misionera Redentorista, la historia de San Clemente Mª Hofbauer
nos ofrece pautas claras sobre los modos extraordinarios en que Dios
llama a las personas a participar en la vocación misionera de nuestra Congregación.

Clemente Mª Hofbauer tenía casi 33 años de edad cuando fue aceptado en el noviciado redentorista, junto con su amigo Tadeo Hübl. A pesar de que tenía muy clara su vocación a la vida misionera y sacerdotal, múltiples adversidades trataron de obstaculizar sus ilusiones y expectativas. Sin embargo, nunca dejó de seguir lo que él sentía en su vida como el llamado de Dios. Estudió teología en Viena, pasó un tiempo como ermitaño y catequista en Tívoli, leyó libros espirituales, desarrolló una profunda vida de oración, y se fue en peregrinación a Roma. Fue en esta ocasión cuando conoció a los Misioneros Redentoristas trabajando en la iglesia de San Julián y pidió la admisión en la Congregación.
Su extraordinaria historia no termina aquí. De hecho, esto fue sólo el comienzo. Sin cumplir  un año de su profesión como Misionero Redentorista, él y Tadeo volvieron a cruzar los Alpes para establecer la Congregación del Santísimo Redentor en nuevas regiones. Sólo dos años más tarde, se había establecido en Varsovia la primera casa de los Redentoristas fuera de Italia. Su dinamismo misionero convirtió la pequeña iglesia de San Benón en un centro pastoral, que atrajo a miles de personas. Algunos jóvenes se unieron a la Congregación, se planificaron nuevas fundaciones, se desarrolló el ministerio social y se fomentaron nuevas formas de evangelización. Una y otra vez repetía: El evangelio debe ser predicado de nuevo, en cada época y generación, con un lenguaje que la gente humilde pueda entender.
Sin embargo, Clemente continuó afrontando serias dificultades en su vida y misión. Su cohermano y compañero, Tadeo Hübl, murió después de una brutal paliza durante un tiempo de persecución. Muchas de sus obras misioneras fueron suprimidas por las autoridades civiles. Sufrió la falta de apoyo y los celos de otros sacerdotes y funcionarios de la Iglesia. Finalmente, él y sus cohermanos redentoristas fueron expulsados ​​de Varsovia. Durante los doce años sucesivos, trató de establecer otras muchas fundaciones. Cada una de estas iniciativas fracasó. Atrajo a muchos jóvenes que deseaban entrar en la Congregación para dar su vida por la abundante redención en esta vocación misionera. No pudo establecer un noviciado y no les era permitido vivir en comunidad. Cuando murió, el 15 de marzo de 1820, para algunos, todos sus esfuerzos habían quedado en nada. Pero, Dios tenía otros planes.
Un mes después de su muerte, el 19 de abril de 1820, el emperador permitió a la Congregación del Santísimo Redentor establecer fundaciones en el Imperio Austro -Húngaro. Pronto, aquellos jóvenes que habían esperado tanto tiempo para abrazar su vocación misionera fueron admitidos al noviciado. En poco tiempo, la Congregación se extendió desde Viena, por el Norte de Europa, a América del Norte y luego más allá. San Clemente Mª Hofbauer fue canonizado en 1909 y fue declarado co-patrono de Viena hace 100 años, en 1914.
La vida y la vocación de San Clemente Mª Hofbauer son un importante testimonio del poder de Dios para transformar nuestros fracasos en éxitos y suscitar vocaciones misioneras en los lugares más inverosímiles. Al celebrar el día de su fiesta, recordamos su perseverancia inquebrantable y su fidelidad, junto con su gran visión y creatividad.
Que Dios continúe renovando nuestra Congregación y nuestra vocación misionera según el espíritu de San Clemente. Que a través de la gracia y el poder del Espíritu Santo, el Redentor continúe llamando hoy a hombres y mujeres para compartir esta vocación misionera. Que María, nuestro Perpetuo Socorro, nos acompañe siempre en la misión.

Les deseo un bendito y feliz día en la fiesta de San Clemente!
Su hermano en Cristo Redentor,


Michael Brehl, C.Ss.R.
Superior General
                                               






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